Acciones que permiten a los estudiantes manifestarse como personas con autonomía, críticas y responsables

Este indicador pretende mostrar en qué medida el centro educativo ha incorporado, a sus estrategias de intervención, actuaciones que permitan al alumnado construirse como personas con autonomía, críticas y responsables. El espíritu crítico es la capacidad del ser humano de cuestionarse principios, valores y normas que se le ofrecen desde el entorno en que se desarrolla, siendo capaz de formarse un criterio propio que le permita tomar sus propias decisiones en las diferentes situaciones que se le presenten. Uno de los objetivos principales de la educación es enseñar al alumnado a pensar y reflexionar. La autonomía se refiere a la regulación del comportamiento por normas que define el propio individuo, y la responsabilidad es un valor que se encuentra en la conciencia de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos. El centro podría realizar alguna de estas acciones, entre otras:
  • Elaboración de un plan: Elaborar un plan de actuación para incorporar acciones que fomenten la autonomía, el espíritu crítico, la responsabilidad, las habilidades de comunicación, la toma de decisiones, etc., un plan que desarrolle las acciones concretas que se deben seguir, adaptado al centro educativo, y con los protocolos de intervención desarrollados.
  • Actividades y dinámicas que fomenten el espíritu crítico: debates sobre diferentes temas (historia, conflictos actuales, dilemas morales, movimientos de reivindicación social como el feminismo, el 15M, etc.), análisis de textos, cinefórum con películas y documentales, análisis de noticias, etc. Se podría debatir sobre temas de actualidad: consumo de sustancias tóxicas, violencia de género, acoso (bullying), LGTBI, etc. Uno de los objetivos principales de la educación es enseñar al alumnado a pensar y reflexionar.
  • Actividades y dinámicas que fomenten la autonomía, la responsabilidad, el empoderamiento y la capacidad de decisión del alumnado.
  • Introducción de estas competencias de manera transversal en todas las asignaturas: en el claustro de profesorado se podría trabajar cómo aplicar estas competencias de manera transversal a cada asignatura.
  • Elaboración de proyectos / trabajos en grupo para poner en práctica los roles de cada uno y las competencias básicas y transversales. Al terminar los proyectos / trabajos, sería interesante analizar qué rol ha adoptado cada uno y cómo se ha sentido.
  • Actividad de autoevaluación y evaluación de los compañeros: Para fomentar el espíritu crítico hacia uno mismo y poner en práctica la capacidad de decir lo que nos gusta y lo que no de una manera asertiva.
  • Formación para profesores y padres: Organizar formaciones sobre cómo trabajar el espíritu crítico con ellos mismos y con los alumnos y otras competencias como la responsabilidad y la autonomía.
  • Buzón de propuestas para mejorar: Existencia de buzones para comunicar de manera formal lo que los miembros de la comunidad educativa piensen que no funciona y debería revisarse para que vaya mejor.