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Este indicador pretende mostrar en qué medida el centro educativo ha incorporado, a sus estrategias de intervención, acciones para favorecer que toda la comunidad educativa pueda desconectar después de las jornadas de trabajo en el aula y durante las pausas entre clases.
La fatiga y la ansiedad son mecanismos naturales de respuesta a las preocupaciones y al estrés físico o emocional y no son preocupantes por sí mismas: uno es capaz de recuperarse del cansancio mientras duerme. En este sentido, decimos que el sueño debería ser reparador y de calidad. La mala calidad del sueño afecta al bienestar emocional porque altera el estado de ánimo y disminuye la capacidad de concentración y el nivel de energía.
El centro podría realizar alguna de estas acciones, entre otras:
- Elaboración de un proyecto que favorezca la desconexión tanto en horario no lectivo como entre clases y que abarque diversos espacios y actividades, entre ellos el patio. Un proyecto que desarrolle las acciones concretas que se deben seguir, adaptado al centro educativo y con los protocolos de intervención desarrollados.
- Ejercicios de relajación: Contratación de un profesional que dinamice relajaciones guiadas y ofrezca ejercicios de flexibilidad, estiramientos y compensación postural y que imparta otros talleres desestresantes como, por ejemplo, sobre meditación o sobre terapias para reír.
- Finalización de la clase dentro del horario: El profesorado debería ajustarse al horario establecido y comenzar y finalizar la clase con puntualidad.
- Deberes y exámenes sin exceso: Procurar no poner más de dos exámenes en un mismo día y controlar el volumen de deberes. Los deberes y los exámenes sacan horas de recreo y descanso, ambos muy necesarios durante la adolescencia.
- Formación en técnicas de relajación para el profesorado: Tanto para que pueda realizar alguna actividad en el aula cuando los alumnos están poco concentrados como para sí mismo, durante las horas fuera del aula.
- Evaluación de la calidad del recreo: Ofrecer el recreo como espacio educativo, es decir, realizar una intervención educativa para favorecer la diversificación de las actividades que se realizan en el patio, teniendo en cuenta las necesidades y preferencias del alumnado y valorar si la pista polideportiva no es el espacio central y si no hay una promoción inconsciente del fútbol, por el ofrecimiento de pelotas como elemento principal de juego. Para aprovechar el patio como espacio educativo es necesario:
- Incluirlo en la agenda educativa
- Buscar estrategias y metodologías de transformación de los patios
- Establecer criterios para su construcción y diseño
- Un compromiso claro y coordinado de las instituciones públicas, la comunidad educativa y la sociedad civil